El pasado viernes, un tanque de combusitble ubicado en una planta de energía propiedad de una subsidiaria de Norilsk Nickel, la principal productora y refinadora de níquel y paladio en el mundo, se había derramado. El incidente ocurrió en la ciudad de Norilsk en Siberia, y la consecuencia más inmediata fue la transformación del río Ambarnaya, que se tornó de color rojo carmesí.
Los medios estatales han informado que el derrame ha contaminado un área de 350 kilómetros cuadrados, y hasta el miércoles, solo se habían bombeado 262 toneladas del producto del medio ambiente, lo cual sigue representando una pequeña porción del total derramado. Se cree que los daños podrían perdurar en la región durante años.

