Rodrigo Andrés Gómez, el integrante del Regimiento de Granaderos que se habría quitado la vida con un disparo de FAL en la quinta de Olivos, había nacido en Formosa y hacía sólo cinco meses que cumplía tareas de custodia dentro del perímetro de la residencia oficial de Javier Milei.
Los padres del joven ya se vieron con la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, que lidera la investigación que hizo conocer que en la garita donde se produjo el hecho se encontró una carta de despedida en las que el uniformado agradecía al Ejército por su promoción pero también hacía mención a las deudas económicas que había contraído.
Sus deudos, apenas llegados a Buenos Aires, manifestaron su «dolor» por el tratamiento mediático del caso y manifestaron no tener conocimiento «de nada raro» en torno a la situación económica de la víctima.
El historial crediticio público del granadero señalaba hacia octubre de este año un rojo de 1,8 millones de pesos a varias entidades financieras y bancarias, aunque es materia de investigación precisar si las deudas a las que haría mención esa carta de despedida pudieran resultar aún mayores.
El joven, de 21 años recién cumplidos (el 21/11), vivía en una vivienda de Derqui, en el partido de Pilar, y desde allí se movilizaba hasta la Residencia Presidencial para cumplir con su labor.
Había realizado «el núcleo de instrucción básica» en el Ejército entre el 7 de mayo y el 17 de julio pero las fuentes oficiales consultadas esgrimieron que «las últimas dos semanas realizó una suerte de práctica profesional en sus futuros destinos».
Así, se incorporó al Regimiento de Granaderos General San Martín el 7 de julio pasado y «la primera guardia la hizo domingo 13 de julio de 2025», es decir, llevaba poco más de cinco meses en su tarea.
Operativo de contención
«Lamentablemente los suicidios en regimientos son moneda corriente», explicó, a su turno, un uniformado consultado al hacer también referencia al caso de un suboficial que presuntamente también se quitó la vida este miércoles en el regimiento de Monte Caseros, en Corrientes.
Es por eso que en las últimas horas desde el Ministerio de Defensa dieron impulso a una suerte de operativo de contención. Y recordaron que la Secretaría General de Presidencia adoptó desde 2023 algunas medidas extras para motivar a los soldados que custodian al Presidente, como el otorgamiento de una «pensión completa» sin costo en los cuarteles de Palermo y en la Residencia de Olivos. Además, se refaccionaron esos alojamientos para mejorar la comodidad de los militares y se les renuevan los uniformes.
Las fuentes consultadas por Clarín deslizaron que los soldados que son destinados en la quinta presidencial de Olivos son seleccionados «por sus condiciones personales y profesionales» para desarrollar tareas de alta exigencia y que son «permanentemente supervisados y acompañados por oficiales y suboficiales».
Como sea, el episodio ocurrido el pasado martes generó impacto por tratarse de un uniformado que cumplía sus tareas dentro de la quinta presidencial. Y, además, se produjo en medio de la polémica por la llamativa cantidad de bajas de uniformados, más de 18 mil desde diciembre de 2023, aparentemente por los bajos ingresos que perciben.
Por qué no se escuchó el disparo
Otro de los interrogantes que surgió con la muerte de Gómez fue cómo ningún otro colega escuchó lo sucedido habida cuenta del fuerte ruido que genera un disparo de FAL Según explicaron fuentes del Ministerio de Defensa, el soldado estaba apostado en un puesto ubicado en Malaver casi Maipú, a unos 60 metros del destacamento militar , «el chalet», en el que descansan los soldados cuando no están apostados.
Lo cierto es que no se escuchó la detonación del fusil, al entender de las fuentes castrenses, porque las garitas donde están de servicio se encuentran cerradas con blindex y, la del luctuoso episodio en particular, se encuentra cercana a una avenida con alto tránsito, lo que habría disimulado significativamente el sonido de la detonación.

