Lo dispuso el Gobierno porteño, con el objetivo de mejorar la seguridad vial en una autopista que el año pasado tuvo la mayor cantidad de víctimas fatales por siniestros viales de Buenos Aires.
Los seis dispositivos controlarán la velocidad en distintos puntos de la traza, donde la máxima permitida es de 80 kilómetros por hora, excepto desde Libertador hasta Acceso Norte, donde es de 100 km/h.