Después de dos noches con entradas agotadas en el estadio Monumental y una inesperada aparición en La Bombonera para vivir el Superclásico del fútbol argentino, Dua Lipa decidió cerrar su paso por Buenos Aires de la manera más porteña posible: con una cena en El Preferido de Palermo, uno de los restaurantes más tradicionales de la ciudad.
Su presencia en el local gastronómico del barrio porteño no pasó inadvertida. A los pocos minutos de su llegada, una multitud de fanáticos colmó la vereda para intentar verla de cerca, entre gritos, selfies, banderas y celulares levantados.


La cantante británica, de ascendencia albanesa-kosovar, de 30 años, salió del restaurante custodiada por un fuerte operativo de seguridad, pero no perdió la sonrisa. Vestida íntegramente de negro, saludó a los seguidores que aguardaban en la puerta y extendió la mano hacia ellos, generando una reacción inmediata de euforia y lágrimas entre quienes lograron acercarse.
“¡Dua, te amamos!” y “¡Welcome to Argentina!” se escuchaba desde todos los rincones de la calle, mientras los flashes iluminaban la escena y el personal de seguridad intentaba abrir paso entre la multitud. Lejos de mostrarse incómoda, la artista agradeció los gestos de cariño con una sonrisa y algunas palabras en español, y se detuvo por breves segundos a saludar a varios fans antes de subir a la camioneta que la trasladaba.

