El médico cardiólogo Mario Lugones al frente actualmente del Ministerio de Salud de la Nación bien podría recibir la definición de “gladiador” del actual gobierno del presidente Javier Milei; así como el ministro de Desregulación y Transformación, Federico Sturzenegger, recibió el mote de “coloso”.
Las razones que atañen a que Lugones sea el gladiador del gobierno pueden ser varias, pero hay dos que lo definen para robustecer esta idea: la primera es su profunda convicción de que hay que reordenar el sistema de salud en la Argentina acorde a la Constitución Nacional, que establece un cambio en la carga de dónde colocar la acción de la salud pública.
La segunda es terminar con el centralismo que siempre tuvo la cartera de salud nacional y pasar a que el Ministerio sea un órgano rector y las jurisdicciones sean las que establezcan las prioridades en la gestión de la salud en cada territorio.
Para quienes conocen bien a Lugones, la segunda razón nace de lo que la perspectiva histórica deja ver: en materia de salud en la Argentina es muy poco lo que se ha hecho en las últimas 5 ó 6 décadas. “No hay nadie mejor que cada una de las provincias para saber cuáles son sus necesidades de salud y cómo resolverlas”, resuena como un mantra en los pasillos del edificio de la avenida 9 de julio.
Este gobierno pretende que los diferentes eslabones de la salud salgan de su zona de confort, rompan con la corrupción y terminen con los sobreprecios en los diferentes prestadores de los servicios de salud, señalaron fuentes calificadas a Infobae.