Los miles de toneladas de agua radiactiva que fueron envasadas después de la catástrofe de la planta atómica de Fukishima serán vertidas al océano pacífico.
Cuando lo comunicó el gobierno nipón el mundo salió a denunciarlo. Los japoneses dicen que el agua está muy filtrada y no reviste ningún problema de contaminación. El mundo no le cree y comenzó una campaña para evitarlo .

