El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez avisó al Gobierno provincial su decisión de no acompañar las nuevas restricciones a la movilidad social que se aplican desde el lunes último en seis departamentos cordobeses (incluido Capital) con la intención de contener los contagios de coronavirus.
Lo hizo a través de un comunicado publicado en el portal de la Iglesia católica y difundido a través de las redes sociales en el que el pastor comparte con la feligresía cómo está viviendo “la situación derivada de la pandemia que nos aflige a todos”.
“A lo largo de todo este difícil tiempo, hemos podido constatar que en nuestros templos católicos se han observado y se observan cuidadosamente los protocolos aprobados por la correspondiente autoridad”, valora el prelado.
“Al mismo tiempo, en nuestros centros religiosos, sacerdotes, laicos y consagrados han colaborado con la acción estatal en las obras de asistencia alimentaria y sanitaria, observando también los protocolos”, completa la idea.
Exageración
En párrafo siguiente, el mitrado plantea: “Ante la perspectiva de suspender las celebraciones litúrgicas, he recurrido a las autoridades provinciales manifestando mi malestar y mi propósito de no acompañar esas medidas, que estimo exageradas y que afectan a la salud espiritual de las personas, especialmente en un tiempo de cuarentena prolongada”.
Luego fundamenta su posición destacando: “para una salud cuidada, todos los aspectos de nosotros mismos deben estar equilibrados. Mente, cuerpo y espíritu tienen que estar en armonía unos con otros. No podemos centrarnos, solamente, en lo material y descuidar lo espiritual. Así nos lo enseña la buena ciencia, a lo que se agrega la experiencia de la situación que estamos padeciendo desde marzo”.