En tres días, el incendio ya afectó un inmenso territorio de 77.695 hectáreas, entre focos activos y zona lastimada por el humo y la ceniza. Para dar una idea, la Ciudad de Buenos Aires entera tiene menos de 250 hectáreas. El clima, factor esencial para atenuar o agravar el daño de las llamas, no promete ayuda inmediata: los vientos fuertes y la baja humedad incitan al fuego a seguir comiendo.
Las lenguas de hasta 15 metros de alto cruzaron a toda velocidad la cinta asfáltica de la Ruta Nacional 3. Los campos de alrededor de Puerto Madryn crepitan. El fuego se aproxima a un sector de alerta máxima, el Istmo Carlos Ameghino, la franja de tierra de seis kilómetros de ancho que une la península Valdés con la masa continental del Chubut.(Infobae)

