El gran peregrinaje de fieles ocurre a partir de este miércoles con varios protocolos de seguridad y el número de personas reducido a hasta 10,000. En el año pasado, el acto en Arabia Saudita llegó a tener cerca de 2,5 millones de participantes.
En una resolución histórica, no se permitirán los peregrinos llegados del extranjero y será una peregrinación interior y muy limitada en cifras, llevada a cabo por los residentes de diferentes nacionales que viven en el país
Tras el inicio del brote de la Covid-19, las autoridades sauditas decidieron en febrero limitar la celebración del Hajj a un millar de residentes en Arabia Saudita, 30% de nacionales y 70% de extranjeros de entre 20 y 50 años.
El Ministerio de Salud saudita seleccionó y capacitó a los candidatos, que tuvieron que cumplir en las últimas dos semanas una cuarentena obligatoria en hoteles de los alrededores.
Antes de ser transportados a la Gran Mezquita, las autoridades sanitarias les hicieron el test de coronavirus para evitar contagios durante el evento religioso.
Según la agencia de noticias oficial saudita SPA, a cada grupo de 50 peregrinos se les asignó un «líder» para garantizar que cumplan las medidas preventivas, como llevar siempre puesto el tapabocas.