as lluvias de las últimas horas volvieron a agravar la situación en el centro-oeste bonaerense, donde se estima que los anegamientos y las inundaciones ya cubren unas cinco millones de hectáreas, según la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). La campaña gruesa, la más importante del año —la que define buena parte de los ingresos del campo y del país con cultivos como soja y maíz—, está prácticamente detenida. En muchos distritos calculan que solo se podrá sembrar alrededor del 40% del área prevista, o incluso menos. Los caminos rurales están bajo el agua o convertidos en una masa de barro espeso que hace muy difícil llegar a los lotes.
“Con las lluvias de los últimos 40 días, la superficie afectada por las inundaciones ya debe sobrepasar los cinco millones de hectáreas”, contó Pablo Ginestet, secretario de Carbap. En septiembre pasado el cálculo era de dos millones de hectáreas, pero las precipitaciones siguieron y la situación se complicó. Hoy en los partidos de Carlos Casares, Bolívar, 9 de Julio, Hipólito Yrigoyen, Saladillo, Las Flores, Bragado, 25 de Mayo, Roque Pérez, entre otros, hay suelos completamente saturados, las maquinarias paradas y los caminos destruidos.

“La situación es catastrófica. Los productores están desesperados, angustiados, desesperanzados. Pero el chacarero resiste, porque quiere cuidar su producción, porque defiende lo suyo hasta el último momento. Aun así, estamos todos desalentados”, dijo Érica Moro, presidenta de la Sociedad Rural de Carlos Casares. Esta productora no puede llegar a su campo desde marzo pasado. En algunos puntos la profundidad se ubica en la cintura de una persona. Como el 100% del establecimiento está cubierto por el agua, trasladó ganado a otro campo arrendado.
“Desde febrero o marzo la situación viene muy complicada, crítica. Ya superamos los 1700 mm en promedio, según la zona. En un año normal caen entre 800 y 900 mm. Es decir, ya duplicamos”.

En ese partido, unas 90.000 hectáreas están afectadas sobre un total de 130.000 hectáreas productivas y la situación mantiene paralizada la nueva campaña, que a esta altura del año debería estar en plena siembra. “Sembrado a la fecha hay poco y nada. Te diría que todos esperan para hacer una siembra tardía, si mejora un poco el pronóstico y deja de llover. La humedad ya es más que suficiente, así que muchos van a intentar con soja de segunda en diciembre. De siembra de primera prácticamente no se hizo nada, salvo algún campo más alto o más firme. No llegará al 20% de lo que normalmente se siembra”, explicó.

