El IPC (índice de precios al consumidor) en EEUU escaló en el mes de febrero hasta un nuevo récord desde 1982 tras alcanzar el 7,9%, incluso antes de que Rusia invadiera Ucrania. Según informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales, el ritmo de crecimiento de los precios creció cuatro décimas respecto a la tasa interanual registrada en enero (7,5%). Pese al nuevo máximo, el dato se mantuvo en línea con lo previsto. El consenso de analistas de FactSet estimaba que el dato de inflación subiría se situaría en el 7,9%, como ha sido la lectura final.
El dato publicado mide la variación de los precios que pagan los consumidores por los bienes y servicios. La inflación subyacente, que excluye los precios de alimentos y combustibles -los de mayor volatilidad-, se situó en el 6,4% en tasa interanual y respecto a enero creció un 0,8%. De esta manera, vuelve a subir por encima del 0,5%, una tendencia que se ha repetido en ocho de los últimos 10 meses.
El incremento del coste de la gasolina, vivienda y alimentos fueron los mayores contribuyentes al aumento desestacionalizado de todas las partidas. El índice de gasolina aumentó un 6,6% en febrero y representó casi un tercio del total.
El último dato de inflación se conoce una semana antes de que la Reserva Federal de EEUU (Fed) celebre su reunión de marzo, cuando estaba previsto que anunciara la subida de tipos de interés para frenar el repunte de precios. El estallido de la guerra en Ucrania puso en duda su hoja de ruta, pero su presidente, Jerome Powell, confirmó hace unos días que seguirán adelante pese al escenario bélico que amenaza el crecimiento. En concreto, Powell confirmó la intención de elevar el coste de financiación un 0,25%. «Con una inflación muy por encima del 2% y un mercado laboral fuerte, esperamos que sea apropiado elevar el rango objetivo para la tasa de fondos federales en nuestra reunión a finales de este mes», afirmó. ( La Información)

