La caída del dólar a menos de $44 en el mercado minorista e incluso por debajo de $43 en el mayorista provocó un efecto incluso mayor al esperado en la inflación. Algunas mediciones privadas relevaron una importante desaceleración de precios a partir de mediados de mes, lo que permitiría un índice mejor que el que se esperaba en la previa. Ahora las estimaciones hablan de un índice que podría ubicarse entre 2,5% y 2,6%, cuando a principios de junio se proyectaba un rango de entre 2,8% y 3%.