CIUDAD DEL VATICANO.- Tras varios metros sobre los hombres de los elegidos para llevarlo, rodeado de cardenales, guardias y personal de la Iglesia –que lo secundó de cerca–, entre los aplausos de los fieles que desde hace días se encuentran allí, los restos del papa Francisco llegaron este miércoles a la basílica de San Pedro, donde permanecerán durante tres días en capilla ardiente desde para que miles de personas puedan darle un último adiós.
El féretro de madera abierto fue llevado en procesión desde la capilla de Santa Marta, donde falleció el lunes a los 88 años.
Los portadores del ataúd de madera caminaron seguidos por los cardenales ataviados con sotanas escarlata, obispos con túnicas púrpuras y los guardias suizos con sus uniformes dorados y azules.
El cardenal Kevin Farrell, que administra el Vaticano temporalmente hasta que se elija un nuevo papa, encabezó la procesión, con nubes de incienso precediéndolo mientras el coro de la iglesia comenzaba a cantar el himno de la Letanía de los Santos. Los cardenales se acercaban por parejas al ataúd, se inclinaban y hacían la señal de la cruz, seguidos por pequeños grupos de obispos, ujieres, sacerdotes y monjas.
Los fieles en la plaza observaron mientras el ataúd de Francisco pasaba junto a ellos, a lo largo del mismo camino que el Papa había recorrido apenas unos días antes, el Domingo de Pascua, que se convirtió en su último recorrido en papamóvil entre la gente. Fue un saludo sorpresa, que Francisco decidió en el último minuto después de que su enfermera le asegurase que podía hacerlo a pesar de su frágil salud tras una fuerte neumonía.