Patricia Bullrich transita los últimos días de septiembre con varios frentes abiertos. La investigación tras el triple femicidio de Lara, Brenda y Morena, en Florencio Varela, la ocupa en su rol de Ministra de Seguridad, mientras que la etiqueta de candidata a senadora en CABA la obliga a encabezar una campaña en la cual el frente LLA necesita, como mínimo, revalidar en octubre la performance electoral que tuvo en los comicios locales de mayo.
La semana pasada, cuando Javier Milei reunió a los principales candidatos libertarios en la quinta de Olivos, la funcionaria le pidió al poderoso asesor presidencial Santiago Caputo una revisión de la estrategia política, sobre todo en la ciudad de Buenos Aires, para seducir al votante del PRO y evitar el “efecto PBA”, es decir, una instancia de enojo que haga que el porteño no vaya a votar o, por ejemplo, se incline a otra oferta electoral como la que representa Ricardo López Murphy.
Desde el PRO advierten que comparten electorado con el economista. “Está haciendo buena campaña y es un tipo conocido por el votante más amarillo histórico, el de Recoleta, que te puede sacar ocho puntos, que es montón, porque no es lo mismo ganar por 45 o 50 puntos, que hacerlo por 35, o que haya mucha diferencia entre las listas de diputados y senadores″, afirmó a Infobae un importante dirigente, cercano al expresidente Mauricio Macri.
Cerca de Bullrich, un importante dirigente, también consultado por este medio, relativizó este proceso: “Hay un público del PRO que te diría que le gusta Patricia, pero tiene algunas diferencias con Milei, más que nada en los modos, y López Murphy se va a colgar de ella para comer ese electorado”, señaló. En esta línea, el economista envía señales al electorado amarillo: subió fotos con el propio Macri, con Esteban Bullrich y señaló en más de una oportunidad la necesidad de “volver a los orígenes”, en alusión a la alianza que mantuvo con el PRO cuando era referente de Recrear dentro de la alianza Compromiso para el Cambio (CPC).
Y completó: “En las encuestas que manejamos, no llega ni a cinco puntos, pero podría operar como un voto castigo, porque ambos son conocidos. Por ejemplo, hay gente que puede decir, ‘mirá, a mí el gobierno no me gusta tanto, pero no lo quiero castigar para que vengan los demás, porque odio más a Cristina y compañía, entonces la voto a Patricia y lo castigo un poquito con López Murphy’. Es un castigo fácil porque ni siquiera hay que cortar la boleta, hay que hacer una crucecita”.
En el comando de campaña de Bullrich señalan que es un error simplificar el análisis de la proyección electoral a la sumatoria de los 30 puntos que obtuvo el vocero presidencial Manuel Adorni en mayo, y los 15 que recolectó la lista PRO encabezada por Silvia Lospennato. “Cada elección es diferente”, sostuvo uno de los coordinadores políticos de la ministra de Seguridad. “Hoy Patricia llega, de manera sostenida, a un piso de 38 y un techo de 44 puntos, pero el umbral de 50 es irreal, fue lo que sacó Juntos por el Cambio cuando estaban todos juntos”, señaló. Reconocen, eso sí, que la boleta encabezada por Alejandro Fargosi mide varios puntos menos. Así, la proyección es lograr entre cinco y seis bancas a diputados: los macristas Fernando De Andreis y Antonela Giampieri están en esa delgada línea entre lograr ingresar al Congreso o quedarse en la puerta de entrada.