Durante décadas, su voz se coló en los hogares de todos los argentinos con una frase que se volvió parte del paisaje cotidiano: “El número solicitado no corresponde a un abonado en servicio”. Hoy, Marita Monteleone, la locutora detrás de ese mensaje inmortal, atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. Internada desde hace tres meses en el Centro Gallego de Buenos Aires, la también cantante de tangos enfrenta un conflicto judicial y familiar con su única hija, la reconocida periodista y locutora Malena de los Ríos, quien según ella habría pedido su institucionalización.
“Mi hija me quiere confiscar los bienes, me quiere meter en un geriátrico y tiene celos de mi carrera”, expresó. La historia, que mezcla dolor personal, intervención judicial y una figura querida por generaciones, mantiene en vilo al mundo de la radio y el espectáculo.
El caso se conoció públicamente cuando Mercedes Ninci reveló en Radio Mitre que Marita llevaba tres meses internada por una osteotomía en la rodilla derecha. “Ya está en situación de alta, pero lo que ella cuenta es que su hija querría que vaya directo a un geriátrico, y ella no quiere. Entonces no le pueden dar el alta”, explicó la periodista. Desde su habitación, Monteleone dio su versión: “Yo me quiero ir porque tengo el alta motriz. Vino un psicólogo, me vio muy bien. Vino una médica psiquiatra, me vio muy bien. Pero no depende de mí, depende del juzgado”.

La causa tramita en el Juzgado Civil N°56 y busca determinar su capacidad legal para administrar sus bienes y tomar decisiones por sí misma. “Mi hija Malena de los Ríos habló con el juzgado para que me judicialicen. Pidió que me confiscara los bienes. Tiene 31 años, es mi única heredera. No tenía por qué haber hecho eso”, agregó, con la voz quebrada. Monteleone contó que posee un departamento en Caballito —de tres ambientes, propiedad de toda su vida— y que desea regresar allí: “Lo único que le pido a Malena es que levante esa restricción.”
La situación también fue abordada por el programa A la tarde (América TV), conducido por Karina Mazzocco, que mostró imágenes de la locutora en el sanatorio. “Hace tres meses se me trabó la rodilla. Estoy en proceso de rehabilitación, ya tengo el alta motriz, pero necesito la autorización de un juez para poder irme”, contó frente al periodista Nahuel Saa.
Cuando le preguntaron por su hija, respondió: “Ella me tiene bloqueada del WhatsApp y de las redes. La que está enojada es ella. No la veo hace más de un año. Ni para el Día de la Madre ni para mi cumpleaños”. A lo largo de la entrevista, se mostró lúcida, con humor y con tristeza en partes iguales. “No quiero ir a un geriátrico. Estoy en mi pleno uso de mis facultades mentales. Es un puñal, porque la única hija que tengo no me quiere ver”, aseguró. Sobre la posibilidad de celos profesionales, fue directa: “Totalmente. Ella tiene celos de mi carrera. Pero no necesito que me mantenga. Al contrario, puedo solventarme sola”.