El reality agregó el desafío de tener que trabajar en duplas, haciendo un plato gemelo al de su compañero, pero sin poder verlo, y solo comunicándose a través de unos paneles que impidieron el contacto.
Luego cada dúo fue recibiendo la devolución del jurado y sellando su destino. De los mejores (Boy Olmi y Patricia Sosa) a los peores (Belu Lucius y el Mono de Kapanga) hubo un abismo, muy bien explicado por el trío de expertos.