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Qué dijo la La China Suárez en su entrevista con Alejandro Fantino

 Hace algunas semanas, trascendió la noticia de que la actriz se había reunido con Alejandro Fantino para ultimar los detalles de una entrevista en la que hablaría sobre todo. Desde anoche, esa entrevista ya está disponible en Star+.

“Ya se por qué me elegiste: porque me vas a poder llevar para cualquier lado”. Esa frase, que Fantino pronunció en la charla previa a la entrevista, se convertiría en una verdad a medias. Es cierto que, durante una hora, la China evitaría dar detalles sobre el hecho que la llevó a estar en el ojo de la tormenta durante el último mes, pero a su vez no tendría reparos en hablar “en general” sobre el machismo de las mujeres que señalan a otras y la crudeza con la que se juzga a su género, tanto en los medios como en la sociedad en general, a diferencia del trato que suelen recibir los varones. Además, contó cómo es el vínculo que mantiene con sus exparejas Nicolás Cabré y Benjamín Vicuña y definió su relación con Laurita Fernández y Pampita Ardohain.

El especial, que forma parte del ciclo de entrevistas En primera persona está grabado íntegramente en blanco y negro y, a diferencia de la conversación de amigas que mantuvieron Nara y Susana Giménez y que Telefe emitió en parte el martes pasado, la estética, la dirección y la producción resultaron mucho más acabadas y amigables al ojo del televidente. La charla comenzó con la actriz explicando por qué eligió al conductor para romper el silencio: “Hicimos una nota en Animales Sueltos, en 2015. Mi hija tenía dos años y fuiste muy bueno. Y yo no me olvido de la gente que fue buena conmigo”.

“Soy muy vergonzosa, aunque no parezca, con muchas cosas. Las entrevistas que he dado han sido más por trabajo, pero me cuesta abrirme. Por eso, para mí fue tan raro lo que me pasó con vos, porque mi familia y mis amigas que me conocen de toda la vida me dijeron que fue como verme en el living de casa, que nunca me vieron tan auténtica en una nota. En general me pongo muy nerviosa, porque cuando hablo, generalmente la cago”, fundamentó la actriz, quizá atajándose por lo que vendría.

Fantino decidió luego cambiar drásticamente de tema, y le preguntó sobre su relación con el dinero. “Siempre fui un desastre con la plata. No ahorro. Por suerte trabajo desde los 10, me fue bien, me pude comprar mi propia casa, que sé que es un privilegio, porque hay gente que se la pasa trabajando toda su vida y no accede a una casa propia. Soy confiada y muchísimas veces me fallaron, pero soy demasiado desprendida, y eso viene de mi papá: la plata está para ganarla: En Casi Ángeles veía que los chicos ahorraban e iban por su segundo departamento ¡y yo nada! Pero me iba de vacaciones, viajaba… Mis lujos eran irme a Pinamar e invitar a toda mi familia, a mis amigas… A mí la plata me gusta compartirla con mis seres queridos. Pienso que me puedo morir mañana y para qué sirve haber ahorrado plata”.

“Los hombres tienen una imagen construida de mí que nada que ver. Cuando me conocés soy un pibe más, no soy una femme fatal. Sí me han dicho mucho, al principio de una relación, que yo tenía mucha cara de orto. Les parecía antipatiquísima. Y me lo dijo más de una persona, así que me lo empecé a creer. Debe ser que lo hago como para que no crean que me los quiero levantar. Hay algo ahí que no entiendo muy bien y lo voy a hablar con mi psicólogo. No me estoy psicoanalizando, pero debería volver. Urgente”, disparó, otra vez a pura risa.

“No siento que los hombres me tengan miedo. Sí hay una imagen construida por los medios de comehombres, pero después me conocen, me ven con mis hijos o con mis amigos en zapatillas y dicen: ‘Ah, pero esta no es la mina de Instagram’”, reforzó.

“Nunca me importó el qué dirán”

El peso de la fama. Ese fue otro de los frentes que Fantino intentó atacar para llegar a aquel tema que parecía inabordable. Y entonces, la actriz contó: “Llevo una vida recontra normal: voy al shopping, camino por la calle… Cuando Rufi era hija única y se me acercaba gente no le gustaba nada, le daba celos. Y creo que ahora un poco le gusta, porque ve que la gente es amable. Me pregunta: ¿por qué te quiere si no te conoce? Y ahí más o menos le explico, pero creo que para mis hijos todo el mundo trabaja de lo mismo, porque los dos padres son actores, la novia de Nico también es actriz, están rodeados de eso y les parece normal. Lo raro para ellos es que no te pidan una foto en la calle”.

El conductor ajustó la puntería y quiso saber si le afectaban las críticas. “Tengo épocas en las que estoy más fuerte emocionalmente o más estable. En el último embarazo, por ejemplo, me afectaba cualquier cosa, por más chiquita que fuera. Tenía taquicardia, sentía que se me iba el mundo. Creo que ahora estoy más grande, pero sí sufro. Entendí que siempre se va a hablar. Es algo que tengo aceptado y aunque siento que no es el precio de la fama, porque siempre odié esa frase, pero sí el precio de vivir con la libertad que vivo yo desde que soy muy chica”, reflexionó la China.

El pésame

Cuando Nara comenzó con la catarata de mensajes en las redes sociales dando a entender que la China era la causante de su crisis matrimonial y llamándola “zorrita”, entre otras cosas, la actriz se encontraba todavía en España. Hasta allí había viajado con sus tres hijos, su madre Marcela y la niñera para filmar una película, Objetos. Quizá fue la distancia la que amortiguó el golpe. Sin embargo, aunque decidió que la mejor manera de preservarse era no estar al tanto de todo lo que se escribía y decía sobre ella, conseguirlo le resultó difícil. “Las cosas te llegan por cualquier lado, por más que vos tomes la decisión de no ver. Pero cuando hay tanto ruido, suelo decirle a mi entorno y a mis amigos que no quiero saber”, explicó.

“En ese momento estaba en Madrid grabando mucho. Estaba cumpliendo un sueño y tenía la cabeza puesta en eso. Filmar una película en España estaba en mi lista de sueños y no pensé que lo iba a cumplir tan joven. Y fue una película que me costó mucho, porque tuve que hacer muchos castings, muchas pruebas, porque eran muchas las chicas que estaban preseleccionadas. Estaba ahí, cumpliendo mi sueño, con mis hijos, con mi mamá… Tengo demasiado para ser feliz”, rememoró.

En ese momento, Suárez se puso firme y se refirió por primera vez a lo sucedido: “Yo nunca sentí que tenía que dar explicaciones. A lo mejor suena soberbio, pero el día que mis hijos me pregunten lo que quieran saber, a los únicos a los que les voy a dar explicaciones es a ellos. No solo sobre esto que pasó, sobre toda mi vida. Ni de un novio me banco que venga a pedirme explicaciones. No me banco el ‘dónde saliste’, ‘con quién fuiste’, ‘quiénes estaban’”.

“No tengo tolerancia para esas cosas, pero no es por hacerme la superada… Hay algo que tiene que ver con la privacidad y con la intimidad que yo quiero mantener a lo largo de mi vida. No soy un personaje, soy yo. Ojalá me saliera armar un personaje. A mí me quieren y me odian por las mismas razones, porque yo no muestro algo que no soy”, agregó.

En otro tramo de la entrevista, Suárez aclaró: “Claro que la pasé mal. No tan mal, tal vez, como pensaron, porque hay gente que me escribía dándome el pésame. Hay gente que sentía que si le hubiera pasado esa situación… Como yo estaba en España lo pude ver de lejos. Entendí que es parte del juego y que no es personal”.

“Siempre se le pide explicaciones a la mujer”

La pregunta descolocó a Fantino, que atinó a dar una respuesta rápida y políticamente correcta. “Por momentos sí, porque la casa en la que vivo, el trabajo que tengo, la posibilidad que te agradezco de estar acá charlando… Me contrata Star+ porque la gente me cree cuando entrevisto, cuando hago algún tipo de editorial, entonces, creo que tengo que dar alguna explicación”, se enredó.

“Pero eso no tiene que ver con tu vida, tiene que ver con la carrera que vos elegiste, con lo que vos decís, con lo que vos opinás, con cómo relatás los partidos, con cómo entrevistás. No tiene que ver con lo que hacés o dejás de hacer con tu novia o con tu ex. Yo siento que a la gente que me quiere, al igual que a mis amigos, no les importa. Mis amigos no me preguntan qué pasó”, refutó la entrevistada. Y allí comenzó otro de los momentos claves de la entrevista, en la que Suárez cuestionó la diferencia en el trato que se les da a las mujeres en relación con el que reciben los hombres.

Además, siempre se le pide explicaciones a la mujer. Es algo que vivencio desde el colegio. Se cuestiona a la mujer que decide no tener hijos, a la que ya es grande y no tuvo, a la que tiene muchos, a la que se separa, y a la que se conoce o sale con más de uno se la trata de puta. Constantemente se nos etiqueta. Eso no solo me pasa y me molesta a mí, sino a muchas mujeres”, disparó.

Las mujeres machistas

“El machismo de algunas mujeres es tremendo”, continuó su análisis. “Es la mujer que juzga a otra mujer. En general pasa mucho; hay mujeres que hablan desde un lugar ‘moral’ y de muy poca empatía. Muchas están casadas, se creen el papel y son las primeras en señalar a otra. Eso sucede por cómo nos adoctrinaron y nos dijeron que teníamos que ser. Nos metieron en la cabeza la competencia”, reflexionó.

Luego, hizo una autocrítica que, a su vez, sonó a descargo: “De chica, tenía mucha inseguridad a la hora de relacionarme con otras mujeres, en vez de fijarme en el pibe que tenía al lado. Iba a un boliche con mi novio, veía a una chica que lo miraba, y en vez de preguntarle a él qué onda, iba y le decía a ella: ‘¿Por qué mirás a mi novio? ¡Nos meten en la cabeza que las mujeres tenemos que competir! Me di cuenta siendo chica, por suerte, pero hay mujeres que lo siguen haciendo”.

Al hombre nunca se lo condena, pero tampoco se lo juzga, ni se le pide explicaciones. No se le pregunta qué tipo de ropa interior lleva. Son preguntas que me han hecho a lo largo de mi vida, y yo pensaba: ‘¿De verdad me están preguntando si prefiero tanga o culote?’. Esas cosas me hacen ruido desde siempre, pero no las podía decir porque no se hablaba del tema. En las entrevistas, a la mujer se le preguntaba si le gustaba más arriba o abajo. Y yo me cuestionaba por qué no le preguntaban eso a mis compañeros varones. Y así puedo seguir con miles de cosas”, indicó.

“Tengo una parte más conservadora, pero creo que la monogamia no es natural. Nunca estuve 20 años con una misma persona, pero siempre tuve relaciones monogámicas. No sé qué pasará a futuro. Por ahí, si tuviera una persona que me propusiera otra cosa… Siempre tuve gente al lado que era como yo”, agregó.

Sin embargo, no se mostró muy a favor de mantener una relación abierta en la que los dos se cuenten sus aventuras. “Si me cuentan, no sé si me divierte tanto. Las reglas se ponen entre dos. Igual, creo que unos años te podés bancar estar con una sola persona y está todo bien. Por lo menos yo”. Y explicó: “No sé si podría tener una relación de días. Tengo una parte libre, pero también otra egocéntrica y a la que le gusta el cuentito del romanticismo. En ese sentido no soy tan libre. Nunca me chapé un tipo en un boliche, por ejemplo. Nunca”. (La Nación)

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