Pasaron 37 años: la imagen de la Virgen de Luján que acompañó a los soldados argentinos durante la guerra regresó al país, a las seis de la mañana, en un vuelo directo del Aeropuerto Internacional Leonardo Da Vinci-Fiumicino, de Roma.
Arribó temprano al aeropuerto de Ezeiza, donde fue recibida con honores por efectivos de fuerzas armadas, de seguridad y veteranos de guerra. La llevaba el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera, escoltado por veteranos de guerra y una bandera argentina con la leyenda “Islas Malvinas, patria y soberanía”. El monseñor, principal promotor de la restitución de la imagen, calificó su regreso como “un milagro”. “La Virgen nos habla de la fraternidad entre los pueblos, es madre de todos. Tenemos que empezar a vivir como hermanos, a pensar pensar distintos. María nos recuerda que tenemos un Dios en común”, agregó en conferencia de prensa.