La no llegada de Edinson Cavani a Boca expuso una vez más la influencia de los medios de comunicación en la sociedad y también una mezcla de ilusión e ingenuidad de algunas personas. Observar a hinchas de Boca en Aeroparque esperando un avión en el que arribaría el futbolista uruguayo hizo rememorar a Orson Welles, el actor, director, guionista y locutor estadounidense que en 1938 causó una conmoción en Estados Unidos con su obra radiofónica “La guerra de los mundos”, cuando muchos oyentes del programa pensaron que se trataba de una retransmisión verdadera de una invasión extraterrestre.
Cavani jamás salió de Salto, su lugar natal, donde pasa las vacaciones junto a su familia. No se subió a ningún avión y tampoco aterrizó en Buenos Aires como muchos pensaban. La ola que se agigantó durante los últimos días sobre una supuesta respuesta afirmativa que el uruguayo le había dado a Boca se rompió en cuestión de segundos, luego de que el futbolista llamara a Juan Román Riquelme y le comunicara que no iba a venir y que iba a volver a Europa porque su familia quiere seguir viviendo en el Viejo Continente.
Cavani había entrado en una encrucijada la semana pasada cuando desde el Villarreal, el club con el que tiene todo acordado, no puede aún contratarlo dado que primero debe vender a dos jugadores por el Fair Play financiero que exige la Liga de España.
Entonces, su entorno activó la posibilidad de Boca, siempre latente a partir del sueño que tenía el uruguayo desde que veía a su compatriota “Manteca” Martínez colgarse del alambrado para festejar los goles en la década del ’90.
Riquelme ya había mantenido charlas con Cavani hace un tiempo y esta situación le cayó de sorpresa. No se la esperaba. Es que el vicepresidente de Boca y titular del Consejo de Fútbol tenía en la cabeza que el uruguayo llegase a Boca en 2023 para dar un golpe de efecto de cara a las elecciones y tratar de tener una mejor estructura deportiva que la que tiene ahora, con un técnico interino como Hugo Ibarra.
Sin Copa Libertadores en el horizonte, dado que Boca quedó eliminado en los octavos de final ante Corinthians, tampoco había mucho dinero como para reforzar la oferta que le habían hecho el año pasado a Cavani. Entonces, Riquelme le envió la misma propuesta. Hasta que el domingo al mediodía llegó el no. ¿Esa respuesta será definitiva o habrá un nuevo capítulo el año que viene?
Por lo pronto, después de la ilusión que se generó en torno a él, en Boca quedaron dolidos con la manera en la que se manejó Cavani. Se sintieron usados. Aunque también Riquelme lo hubiera utilizado políticamente. Entonces, ¿hay lugar para que alguien se sienta ofendido?
A menos de un año y medio, las elecciones en Boca ya empezaron a jugarse. Y con la no llegada de Cavani, Riquelme pierde una bala de plata que difícilmente pueda recuperar en 2023, el año electoral.
Mientras tanto, la oposición del club, hoy encarnada en el ex presidente de la Nación, Mauricio Macri, y el ex titular de la institución, Daniel Angelici, seguramente habrá apretado los puños por la decisión de Cavani. Así es la política en el fútbol también. Y en el medio quedan los hinchas, esos que tenían la ilusión de ver a una estrella mundial con los colores que llevan en la sangre.
MMB