Cuando restan nueve semanas exactas para las elecciones presidenciales, los tres principales candidatos dejaron atrás la euforia o el desconcierto por los resultados de las PASO y empezaron a desplegar los argumentos con los que buscarán posicionarse en la competencia de tercios en que quedó dividido el nuevo mapa político-electoral. Si hay un común denominador es que tanto Javier Milei, como Sergio Massa y Patricia Bullrich buscaron hacerse fuertes en sus características propias y enfrentar sus debilidades aparentes.
Massa les habló a los votantes que desconfían de la candidata de Juntos por el Cambio, a quienes les planteó la necesidad de conformar un “gobierno de unidad nacional” con sectores del PRO, radicales y peronistas. El líder libertario pareció acusar recibo de las dudas que surgieron en torno a sus propuestas más radicalizadas, como la dolarización, el cierre de ministerios o del Banco Central. Y la candidata de JxC le apuntó a Milei, habló de la seguridad y buscó tomar distancia de la sombra de Mauricio Macri.
Se trata de un incipiente reposicionamiento de los tres candidatos que dirimirán quién será el próximo presidente de los argentinos el 22 de octubre, mientras empezó a tomar volumen en el círculo rojo una duda inquietante: quién tiene mayor aptitud para ganar las elecciones y en simultáneo la suficiente idoneidad para garantizar un piso mínimo de gobernabilidad.

