“La Argentina va a acordar con el Fondo”, dijo ayer el ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, en un acto en San Martín.
Rápido, agregó que ese nuevo acuerdo que negocia con el organismo que preside la búlgara Kristalina Georgieva se hará “defendiendo la idea de país de desarrollo con inclusión. No vamos a resignar nuestra capacidad soberana y tampoco vamos a rendirnos al altar del ajuste fiscal. El rol del Estado es fundamental”. Y enfatizó: “Para dejarlo claro: estamos dialogando, estamos negociando, estamos cerquita de dejar cerrado el 2023 y tener un acuerdo, pero lo hacemos sobre la base de defender una idea de país”.
Las negociaciones con el FMI son frenéticas y la tensión es indisimulable: la reformulación del acuerdo vigente, que ambas partes coincidieron necesario realizar por el tremendo impacto de la sequía en los números de la economía local, tendría que haberse cerrado hace semanas. Una imagen grafica el escenario: “Madcur, Cleri y Rubinstein ya cambiaron varias veces los pasajes”, aseguran en el Palacio de Hacienda. La referencia es para el viceministro Gabriel Rubinstein, el jefe de asesores Leonardo Madcur y el vicepresidente del Banco Central, Lisandro Cleri, las cabezas del equipo técnico que amaga casi a diario con subirse al avión para volar a Washington.