El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitó el monumento a Abraham Lincoln en Washington después de dejar una ofrenda en el monumento a Benito Juárez. En la explanada del monumento a Lincoln, algunos simpatizantes de AMLO lo recibieron con el clásico grito de apoyo: “Es un honor estar con Obrador”.
El primer viaje de López Obrador al extranjero es un guiño a la historia común entre México y Estados Unidos. El mexicano fuerza la lección horas antes de entrevistarse con el personaje más antimexicano en los tiempos recientes de la Casa Blanca. Los mexicanos no olvidan aquel primer discurso de Trump como aspirante presidencial, donde fueron llamados criminales y violadores. “No son nuestros amigos, créanme”, dijo famosamente.
La agenda de López Obrador ha dejado fuera a los migrantes en un país donde habitan casi 40 millones de nacionales. Diversas organizaciones se han quejado de este descuido. “Usted prometió que los consulados en este país serían auténticas defensorías. Hoy le pedimos que hable y levante la voz por nosotros”, le pidió una coalición de derechos para los migrantes de Illinois. Otra organización de migrantes de Zacatecas acudió al monumento a Lincoln con una gran pancarta que decía: “Queremos unirnos a su programa de desarrollo, ESCÚCHENOS”.

