Pablo Ceriani, CEO de Aerolíneas, convocó a APLA – Pablo Biró asistió acompañado por la Comisión Directiva en pleno más los delegados, posiblemente como una forma de diluir su responsabilidad – para recibir la novedad de que se caían los convenios y que además las condiciones para operar pasarían a ser reguladas por la ANAC, tomando las normativas que la FAA (Federal Aviation Administration) de Estados Unidos aplica a los pilotos de ese país. Al diablo, con una serie de “benéficos”, o en algunos casos “privilegios”, que encarecen los costos de la compañía.
Los invitados interpretaron el anuncio como que “se quedaban sin convenio”, lo que fue visto por APLA como una declaración de guerra, al punto que un delegado – según relató un testigo – le preguntó desafiante al CEO qué estaban haciendo ellos, a su vez, para salvar la empresa. La respuesta, dubitativa de Ceriani según relataron, no fue más que una suma de ideas viejas y la confirmación de que no existe un plan.
Este lunes el gremio convocado fue el de los tripulantes de cabina, la AAA, otro de los grandes afectados, y luego siguieron UPSA y APA. El personal superior y los de tierra son los que menos tienen para ceder. Los de vuelo – los que mayor poder de fuego tienen por su capacidad para parar la operación – aparecen por la cantidad de puntos convencionales como los que más van a perder.
También por supuesto los que más “contribuyen” al rojo de la compañía. Un cálculo rápido advierte que la masa salarial de Aerolíneas asciende a los U$S 600 millones al año. De ese total, el 25% se destina a los pilotos pese a que estos representan el 12% de la dotación total de la compañía. Los tripulantes de cabina, a su vez, representan el 22% de los empleados pero absorben un 24% de la masa salarial. Quiere decir que, entre pilotos y auxiliares de abordo, se concentra casi el 50% de los fondos destinar a los recursos humanos de la compañía, es decir unos U$S 300 millones al año. Según versiones, la modificación total o parcial de las convenios colectivos permitirían un ahorro del 30%, es decir unos U$S 90 millones al año. Cifra para nada despreciable, pero insignificante frente a los mil millones de pérdidas previstos para este año.
La estrategia de la empresa es firmar lo antes posibles los “nuevos convenios”. La de los gremios, dilatar lo más posible la disputa para recuperar poder de fuego, y exigirle a Ceriani un plan de negocios para la compañía que compense el “sacrificio” de los asalariados. Plan que, para muchos en la empresa, directamente no existe. (Aviación News)
Entre tanto ya son 4 las aerólineas internacionales que han anunciado que dejan el país Qatar, Fly Emirates, LATAM y Air New Zealand.
En vuelos locales varios viajeros reportaron que comenzaron a llegar cancelaciones de sus vuelos de cabotaje para septiembre y octubre.