Lic. Paula Porta
En el marco del aislamiento social obligatorio que Argentina cumple hace más de 100 días, vimos como algunas personas fueron “rompiendo” la cuarentena, desde viajes a la costa, traslados sin permisos, gente escondida en los baúles de autos, babyshowers familiares, torneos de paddle hasta incluso fiestas clandestinas en mueblerías. Todas estas noticias tienen como protagonistas a adultos que podríamos considerar irresponsables, hasta incluso rebeldes frente a la ley que nos rige actualmente. Y entonces nos preguntamos, ¿dónde están los adolescentes?
Se ha ligado siempre a la adolescencia con la rebeldía y la falta de límites. Sin embargo, en este tiempo, no figuran como los responsables de los hechos mencionados anteriormente, sino por el contrario, pareciera que son los que se están “quedando en casa”. ¿Podríamos pensar que son ellos los que más fácil se están adaptando a estos cambios?
La escuela, sus amigos y sus intereses parecieran encontrarse en un único lugar gracias a la tecnología.
Para aquellos que tienen la posibilidad y privilegio de contar con una computadora, celular o tablet propia (o en el mejor de los casos, todas estas), supieron encontrar en ese o esos dispositivos el espacio para encontrarse con un “otro”. Los juegos virtuales, los videos en TikTok o YouTube, las videollamadas desde miles de aplicaciones, las fiestas virtuales en redes sociales e inclusive plataformas como “Netflix Party” que permite ver películas o series en simultáneo y comentarlas.
No solo lo ligado a la diversión, sino que la escuela virtual suele tener mayor adherencia para ellos porque les permite manejar sus propios tiempos, levantarse más tarde, mayor posibilidad de elección a la hora de participar e inclusive “ir al colegio en pijama y sin uniforme”.
Como familia, es importante estar atenta, fomentar los intercambios más allá de sus relaciones virtuales, encontrar los momentos para compartir en el almuerzo, la cena y consultarles a sus hijos como se están sintiendo con todo lo que está pasando.
Si bien no hay que alertarse, sí es necesario poder “abrir la puerta” para atravesar lo que estén sintiendo sus hijos y preguntarse ¿será que entonces no hay necesidad de salir al “mundo exterior” y que todo lo que necesitan está adentro de su casa, más precisamente adentro de su habitación?¿Será que la “generación perdida” se está encontrando en su hogar?