Vélez revirtió un 2-3 frente a Boca con dos goles en el final y quedó a 90 minutos de lograr un nuevo trofeo. Con una actuación descollante de Agustín Bouzat, que consiguió el 3-3 y el 4-3, el Fortín eliminó al xeneize en una noche de película en Córdoba y, a tres fechas de una posible consagración en la Liga Profesional, va a la final de la Copa Argentina. El duelo decisivo será el 11 de diciembre, con Central Córdoba, de Santiago del Estero. Boca, que con diez hombres se había puesto arriba a falta de diez minutos, volvió a fallar en una instancia clave y dilapidó una nueva chance de acercarse a la Copa Libertadores: ahora le queda solamente la posibilidad de acceder por la tabla general.
A un año de salvar la categoría, Vélez dio un giro de 180° y atraviesa su mejor momento en muchos años. El entrenador Gustavo Quinteros imprimió al equipo su estilo futbolístico y su mentalidad ganadora.
Boca empezó mejor, presionando y jugando en campo ajeno y aprovechando las imprecisiones del fondo de Vélez, llamativamente errático. Tuvo el gol Ignacio Miramón en la primera chance, lo perdió Exequiel Zeballos en la segunda, decidió mal Edinson Cavani cuando tenía para rematar. Boca atacaba con mucha gente, soltaba a los defensores laterales y llegaba con claridad hasta la medialuna, pero se nublaba en los metros finales y no lograba romper el cero.
A Vélez le llevó un tiempo acomodarse en el partido. A pesar del calendario apretado (había jugado el domingo contra Godoy Cruz, 24 horas después del empate de Boca en el estadio de Huracán), Quinteros preservó solamente a Bouzat y Thiago Fernández, que ingresaron en el segundo período. El objetivo: dar un golpe de efecto contra el cuadro xeneize y encarar con otro ánimo la recta final de la Liga Profesional.