Con el objetivo de tener una temporada de verano aun conviviendo con la pandemia del coronavirus, el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, junto con el Instituto de Calidad Turística Argentina (ICTA), la Cámara Argentina de Turismo (CAT) y las provincias a través del Consejo Federal de Turismo (CFT), elaboraron un “Protocolo para Balnearios” y, junto con el CFT, la “Guía de pautas y recomendaciones COVID-19 para la gestión de playas públicas”.
Es una guía o base general que luego deberá adaptarse a lo que establezca cada jurisdicción, como es el caso de, por ejemplo, cuestiones relacionadas con la capacidad de las carpas de los balnearios o con el uso de piscinas, spa y gimnasios.
Uno de los primeros puntos, que suele aparecer en la mayor parte de los protocolos relacionados con la actividad turística, es la señalización. Debe ser clara y eficiente. Es importante colocar en lugares visibles información sobre las medidas de distanciamiento social (también en el agua), higiene, el uso de barbijo y las recomendaciones ante la presencia de síntomas sospechosos de COVID-19. En el caso de un rescate, por ejemplo, se pide a la gente que no se acerque ni se amontone en el lugar del incidente.
La información en formato digital es otro punto en el que se insiste, sea con código QR, a través de la página web o redes sociales. Otra opción es la de contar con carteleras, atriles, pizarras o folletería plastificada que pueda ser limpiada y desinfectada con facilidad. (Clarin)