Edgardo Kueider, detenido tratando de pasar varios miles de dólares y de pesos sin declarar por la aduana paraguaya, impacta de lleno en el Gobierno. El oficialismo no sólo quedó al borde de perder a un aliado en la Cámara alta sino que, además, sufriría una baja más en la denominada oposición dialoguista que deja a la Casa Rosada con números tan apretados que podrían convertir cada sesión del Senado en una verdadera ruleta rusa.
Esto es así porque todo indica que es muy difícil que Kueider pueda volver al Senado, lo que afectará de manera directa la mayoría modular de 39 senadores (los otros 33 son de Unión por la Patria) que supo construir Victoria Villarruel para poder arrebatarle el control de la Cámara alta al kirchnerismo y que el Gobierno consolidó con las negociaciones para aprobar la Ley Bases. Aquellos acuerdos con senadores peronistas disidentes y de fuerzas provinciales quedaron en el centro de las sospechas tras la detención del entrerriano. Kueider pidió ayer licencia para que se investigue el escándalo en el está involucrado.
El panorama se complica más si se toma en cuenta que desde hace un mes se encuentra de licencia el radical chaqueño Víctor Zimmermann, que fue convocado por el gobernador de su provincia, Leandro Zdero, para hacerse cargo del Ministerio de la Producción. Así, se reduce a 37 el universo de senadores que podrían ayudar al Gobierno a aprobar una ley.
Como en una carambola a varias bandas, el caso Kueider también podría complicar los planes de Victoria Villarruel de mantener el control del Senado. Salvo que el kirchnerismo cambie de postura, lo cual parece difícil, la vicepresidenta quedaría con la mayoría justa (37 votos sobre 72 senadores) para enfrentar la sesión preparatoria que, por Reglamento del Senado, debe celebrarse el 24 de febrero.