En un ajedrez cargado de sutilezas y detalles en el que ningún jugador está dispuesto a resignar piezas, el PRO y La Libertad Avanza discuten desde hace meses cómo va a ser el armado electoral bonaerense de cara a las próximas legislativas, las locales del 7 de septiembre, y las nacionales del 26 de octubre.
La principal diferencia por estas horas pasa por la letra chica de un eventual acuerdo, que ambas partes esperan cerrar, pero que hoy parece lejos de consensuarse. La foto de la semana pasada entre Karina Milei y tres dirigentes del macrismo como Cristian Ritondo, Diego Santilli y Guillermo Montenegro acentuó las dudas y, en especial, el enojo puertas adentro de la conducción del PRO.
Mientras en el partido amarillo aseguran desde hace tiempo que el tándem Ritondo-Santilli negocia en representación del partido, ese mensaje no es asimilado por los libertarios, que cada vez que pueden remarcan que la relación que construyen es con esos dirigentes y no con el partido que preside Mauricio Macri.
Es parte de la estrategia «uno por uno» que mandó a negociar Karina Milei y que tiene como principal referente a Sebastián Pareja, el armador mileista en la Provincia, de pasado PRO. «Para nosotros es más fácil hablar con cada dirigente por separado, no nos hace falta hacer un acuerdo partidario», insisten el universo libertario desde el año pasado. Ese plan, a meses de la elección, sigue vigente.
Como ha contado Clarín, la paciencia de Mauricio Macri con los libertarios, en especial con la hermana del Presidente, se agotó hace tiempo. El ex presidente, en cada una de las múltiples apariciones mediáticas que viene haciendo, se ha animado incluso a cuestionar directamente al propio Milei por dejarse influenciar por el denominado «triángulo de hierro» en pos del armado de su «proyecto de poder». Y el Presidente actual ya aclaró varias veces que quiere que ambas fuerzas compitan juntas, pero que es el PRO el que demora esa rúbrica.