El Consejo Deliberante de Puerto Madryn lo hizo: creó el impuesto al viento. Eso de que el aire es gratis ha pasado a ser una fantasía en aquel rincón de la Patagonia Norte . Desde enero, y según lo aprobado por los concejales esta semana, las empresas que tienen molinos de viento plantados en esa comarca deberán pagar una tasa municipal sólo por el mero hecho de que las aspas se muevan. La medida desató la alarma en el mundo de la energía renovable. No es para menos, el monto que se deberá pagar es de alrededor del 4,5% de la facturación.
Habrá reclamos judiciales, incluso acompañados por la cámara. «El departamento de Legales está estudiando los pasos a seguir en base a esta nueva normativa», confirmaron en Aluar. El principal argumento de las empresas es que la energía limpia, según el artículo 17 de la ley 27.191, eximió a «el acceso y la utilización de las fuentes renovables de energía» de «cualquier clase de tributo específico, canon o regalía».(La Nación )